NUESTRA FE CRISTIANA ANTE UN MUNDO EN GÉNESIS
CIENCIA Y FE
CIENCIA Y FE
Historia de la vida e historia del hombre
La ciencia nos dice que a la historia del hombre antecede otra mucho
más larga: «la historia» de la vida. Naturalmente, la humanidad hubo de
comenzar un día con unos primeros hombres. Aunque la transición se
muestra como gradual ante una observación exterior, la hominización,
sin embargo, representa respecto del animal un modo de existir tan
radicalmente nueva, que tuvo que haber un momento determinado en
que ciertos seres vivos dejaron de ser algo y empezaron a ser alguien
(cfr. Pío Xll, Humani Generis, DS 3896). El instante de este comienzo ha
desaparecido para siempre en la oscuridad de los tiempos (60).
Una visión dinámica del mundo A la historia del hombre y al dinamismo de la vida, precede la génesis
-la evolución- del cosmos. La ciencia moderna ha descubierto en el La ciencia nos dice que a la historia del hombre antecede otra mucho
más larga: «la historia» de la vida. Naturalmente, la humanidad hubo de
comenzar un día con unos primeros hombres. Aunque la transición se
muestra como gradual ante una observación exterior, la hominización,
sin embargo, representa respecto del animal un modo de existir tan
radicalmente nueva, que tuvo que haber un momento determinado en
que ciertos seres vivos dejaron de ser algo y empezaron a ser alguien
(cfr. Pío Xll, Humani Generis, DS 3896). El instante de este comienzo ha
desaparecido para siempre en la oscuridad de los tiempos (60).
Una visión dinámica del mundo A la historia del hombre y al dinamismo de la vida, precede la génesis
acontecimiento evolutivo la ligazón física entre todos los vivientes y, por
extensión, entre todo lo real. Este es el denominador común en el que
coinciden todas las investigaciones e hipótesis en torno al
acontecimiento evolutivo. La evolución es una de las grandes
concepciones científicas que ha contribuido a la formación de una nueva
visión del mundo: una visión dinámica.
Dos órdenes de conocimiento: Fe y razón
En el diálogo de la fe con la ciencia, hemos de mantener un doble
principio: No buscar en la ciencia lo que sólo la fe nos puede dar y, a su
vez, no buscar en la fe lo que la ciencia nos puede ofrecer. El Vaticano II,
«recordando lo que enseñó el Concilio Vaticano I, declara que existen
dos órdenes de conocimiento distintos, el de la fe y el de la razón; y que
la Iglesia no prohíbe que las artes y las disciplinas humanas gocen de
sus propios principios y de su propio método..., cada una en su propio
campo; por lo cual, reconociendo esta justa libertad, la Iglesia afirma la
autonomía legítima de la cultura humana, y especialmente de las
ciencias» (GS 59; cfr. 36)
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